El curioso origen de los nombres de los días de la semana

El curioso origen de los nombres de los días de la semana

¿Sabías que el lunes y el sábado tienen orígenes muy distintos, aunque conviven en nuestro calendario? Detrás de cada día se esconden planetas, dioses y culturas antiguas que aún marcan nuestro ritmo semanal. Conoce el fascinante origen de los nombres de los días de la semana.

Hay palabras que repetimos tanto que se vuelven invisibles. Las decimos cada día, las escribimos en agendas, las prometemos en citas y reuniones, pero rara vez nos detenemos a preguntarnos de dónde vienen. ¿Qué tienen en común el lunes de una persona que arranca la semana con sueño, el viernes de quien cuenta las horas para descansar, y el domingo de una familia que se reúne a almorzar? La respuesta está escrita en el cielo… literalmente.

Los nombres de los días de la semana tienen raíces que se hunden en los astros, en antiguos dioses, en conquistas lingüísticas y en prácticas religiosas que sobreviven hasta hoy. Aunque parezcan solo etiquetas del calendario, son huellas vivas de cómo la humanidad ha intentado comprender el tiempo y su lugar en el universo.

Una semana escrita en los cielos

El sistema de siete días tiene origen en la astrología babilónica, que observaba siete cuerpos celestes visibles a simple vista: el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno. Cada uno fue asociado con un día específico, una costumbre que luego adoptaron los romanos al organizar su calendario.

Así nacieron los nombres latinos que todavía usamos en muchos idiomas:

  • Lunae dies (día de la Luna) → lunes
  • Martis dies (día de Marte) → martes
  • Mercurii dies (día de Mercurio) → miércoles
  • Iovis dies (día de Júpiter) → jueves
  • Veneris dies (día de Venus) → viernes
  • Saturni dies (día de Saturno) → sábado
  • Solis dies (día del Sol) → domingo

Lenguas que conservaron la mitología

En español, como en francés (lundi, mardi, mercredi…) o italiano (lunedì, martedì, mercoledì…), se conserva la raíz latina que hace referencia a los astros y dioses romanos. Sin embargo, en otras lenguas —como el inglés o el alemán— estos nombres fueron reemplazados parcialmente por figuras de la mitología germánica y nórdica.

Por ejemplo:

  • Tuesday proviene de Tiw’s Day, en honor al dios Tiwaz (similar a Marte).
  • Wednesday deriva de Woden’s Day (Odín).
  • Thursday de Thor’s Day, el poderoso dios del trueno.
  • Friday de Frigg’s Day, diosa del amor (paralela a Venus).

Aun así, el patrón de los siete días y su conexión con divinidades sigue presente, solo que adaptado a otras tradiciones culturales.

Sábado y domingo: los días sagrados

Dos excepciones interesantes en este sistema son el sábado y el domingo, cuyas raíces están más relacionadas con la religión que con los planetas.

Sábado proviene del hebreo shabbat, el día de descanso del judaísmo. En muchas lenguas, este nombre se mantuvo sin influencia romana, como en el portugués (sábado) o el griego (sábbato).

Domingo, en cambio, viene del latín cristiano dies Dominicus, “el día del Señor”. Este reemplazó al dies Solis romano (día del Sol), aunque curiosamente el inglés Sunday y el alemán Sonntag conservaron esa referencia solar original.

Culturas que no contaban en siete

No todas las civilizaciones adoptaron semanas de siete días. En el antiguo Egipto y en Mesoamérica, por ejemplo, se usaban calendarios con ciclos de 10 o hasta 13 días. En el calendario islámico, el viernes es el día sagrado (no el domingo), mientras que en el calendario chino tradicional se usaban ciclos llamados “xún”, de 10 días, dentro de los meses lunares.

Estos datos nos recuerdan que la forma en que dividimos el tiempo también es una construcción cultural, y que lo que hoy nos parece natural, como comenzar la semana un lunes, es el resultado de siglos de historia y acuerdos sociales.

Cuando el tiempo se convierte en memoria

Saber que cada día de la semana lleva consigo el eco de una civilización antigua, de un dios, de una estrella o de un ritual, transforma nuestra relación con el calendario. Ya no es solo lunes, es el día de la Luna. Ya no es miércoles, es el día de Mercurio, veloz y errante. Y ese conocimiento convierte la rutina en una especie de ritual silencioso que repetimos, sin saberlo, desde hace milenios.

La próxima vez que mires tu agenda o digas “nos vemos el jueves”, recuerda que estás hablando en el idioma de los astros, de los dioses antiguos y de quienes, siglos atrás, buscaron darle un ritmo comprensible al paso inagotable del tiempo.

Publicado por Robinson Gualteros

Escritor entusiasta. Me gusta explorar temas curiosos y dudas existenciales. Todo empezó con aquellos “Datos curiosos de Google”.