En un mundo que cambia constantemente, con fronteras que se redibujan y naciones que nacen o desaparecen, hay una pregunta que despierta una curiosidad casi infantil: ¿cuál es el país más antiguo del mundo? La respuesta, aunque parezca directa, depende de qué entendamos por “antiguo”. ¿Nos referimos a la primera vez que se fundó? ¿A su independencia continua? ¿A su sistema político ininterrumpido?
Lo cierto es que la idea de “nación” ha evolucionado con el tiempo. Y mientras algunos países actuales emergen de culturas milenarias, otros se consolidaron como estados modernos mucho antes que sus vecinos. Así que, para responder esta pregunta, primero debemos entender qué significa realmente la antigüedad de un país.
San Marino, una república enclavada en el tiempo
Aunque parezca increíble, el país más antiguo del mundo con continuidad como estado soberano es San Marino. Esta pequeña república enclavada en Italia fue fundada oficialmente en el año 301 d.C. por un cantero cristiano llamado Marinus, quien huyó de las persecuciones del emperador Diocleciano.
Desde entonces, San Marino ha mantenido su independencia sin interrupciones, incluso durante épocas turbulentas como las guerras napoleónicas o la unificación italiana. Su sistema de gobierno, basado en una república parlamentaria, ha perdurado por más de 1.700 años. De hecho, su constitución de 1600 es una de las más antiguas aún en vigencia.
Aunque diminuta en tamaño —apenas 61 km²— San Marino ha sabido conservar su soberanía y su identidad. Esto le da el título, para muchos historiadores y organismos, del país más antiguo del mundo en términos de continuidad legal y política.

Otras naciones con raíces profundas en la historia
Si ampliamos la mirada hacia los países que han tenido una continuidad histórica o cultural, el panorama se enriquece notablemente. Por ejemplo:
- China se considera una de las civilizaciones más antiguas aún existentes, con una historia ininterrumpida que se remonta a más de 3.000 años. Aunque su forma de gobierno ha cambiado muchas veces, su identidad nacional y cultural ha perdurado.
- Irán, conocido antiguamente como Persia, también cuenta con una historia que atraviesa milenios, desde el Imperio Persa hasta su configuración actual.
- Egipto es otro caso emblemático. Aunque el país moderno se formó en el siglo XX, la civilización egipcia ha sido continua desde la antigüedad, y muchos de sus símbolos siguen vigentes en el imaginario nacional.
Otros países como Grecia o Japón también tienen una historia milenaria, aunque sus trayectorias como estados modernos no siempre han sido ininterrumpidas.
¿Cómo se mide la antigüedad de un país?
Responder a esta pregunta no es tan sencillo como mirar una fecha en un calendario. Existen varios criterios que pueden tomarse en cuenta:
- Fecha de fundación reconocida: como en el caso de San Marino.
- Continuidad política: estados que han mantenido su soberanía sin ser colonias o anexados.
- Continuidad cultural o civilizatoria: pueblos o naciones que han conservado sus costumbres, idioma y tradiciones a lo largo del tiempo, aunque su forma política haya cambiado.
- Reconocimiento internacional: la membresía en organismos como la ONU suele establecer una “edad oficial”, aunque no necesariamente refleje la historia profunda de un país.
Por eso, hay países que podrían ser considerados “más antiguos” desde el punto de vista cultural, pero no desde lo jurídico.
Civilizaciones que ya no están, pero marcaron el inicio
Vale la pena hacer una pausa para recordar a aquellas culturas que, aunque no existen como países hoy, fueron clave en la historia de la humanidad:
- Sumeria, en la antigua Mesopotamia, se considera la primera civilización urbana del mundo, con registros desde el 4.000 a.C.
- El Imperio Hitita, que floreció en la actual Turquía, fue uno de los primeros grandes estados en tener tratados diplomáticos escritos.
- Babilonia, con su famoso código de leyes y sus avances astronómicos, dejó huella en la historia del conocimiento.
- El Imperio Maya, aunque no fue un solo país unificado, tuvo ciudades-estado con gobiernos organizados y una cultura milenaria.
Estas civilizaciones no sobreviven hoy como estados, pero su legado vive en nuestras lenguas, sistemas legales y conocimientos científicos.
La historia no siempre se mide en años, sino en permanencia
Determinar cuál es el país más antiguo del mundo puede parecer una competencia cronológica. Pero más allá de las fechas, lo que destaca es la capacidad de ciertas naciones para mantener viva su identidad, adaptarse a los cambios del tiempo y continuar existiendo, con orgullo, en un mundo que rara vez ofrece garantías.
San Marino es, sin duda, un testimonio de esto. Una pequeña república que ha sabido resistir imperios, guerras y transformaciones globales, sin perder su esencia. Y junto a ella, otras culturas milenarias nos recuerdan que la antigüedad no siempre se mide en siglos, sino en la fuerza de la memoria colectiva.